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Alfonso Puicercus, dueño del hotel y con raíces familiares en Alquezar, comenzó a salir al monte siendo un niño. De la mano de su padre y los viejos pastores del pueblo conoció las viejas trochas de la Sierra de Guara, los barrancos más profundos, los despeñaderos más impresionantes.

Joven de carácter inquieto y emprendedor decidió ofrecer sus conocimientos a los turistas extranjeros que se dejaban caer por la villa. Empezó como guía a los 14 años. Con su trabajo y 7 trajes de neopreno que compro, inicio su aventura empresarial.

Ese fue el germen de Avalancha, empresa dedicada al turismo de aventura, que fundo a los 20 años, siendo uno de los pioneros en España. Una vez titulado en las primeras promociones como Guía Profesional de Montaña, decidió especializarse en el Descenso de Cañones. Al cabo de 3 años, eran ya 7 guías los que estaban en plantilla.

En su trabajo diario como guía, se dio cuenta que sus clientes demandaban un alojamiento de calidad, que por entonces no había en la zona. Ya consolidado como empresa líder en el sector del Turismo Activo, imaginó entonces un Hotel, confortable, con personalidad con el que poder ofrecer un buen servicio. Tenía entonces 22 años. Este ambicioso proyecto le ayudo a ser Finalista del premio de Jóvenes Empresarios Aragoneses.

Al poco tiempo comenzaban las obras. Se tuvieron que extraer muchas toneladas de roca madre para poder encajar todo el edificio, en el espacio previsto que poseía una de las mejores vistas de la villa medieval.

Con las ideas claras e inspiradas en la recia arquitectura altoaragonesa, colaboro activamente en el diseño y decoración del Hotel.

Cinco años después, lo que fue un sueño se hacia realidad y en le verano del año 1999 el Hotel Santa Maria de Alquezar abría sus puertas.